ni puta razón de ser...


qué unidireccional, qué previsible, qué básico y elemental que es estar odiado. puede venir o no con llanto, chasquido de dientes, miradas achinadas y con pupila dilatada y sin habla. estar odiado, sentirse odiado, no viene con lenguaje, el viaje es puramente físico. estás inmerso en partículas frenéticas de bronquitas tibias, enojos de post guerra y capricho aniñado. el odiado se traga las llavecitas de salida… hasta que una risa estrepitosa por algún sinsentido estúpido provoca la tos, que provoca la contracción, que empuja la llave fuera de tu boca y te libera del odio de una y sin anestesia. la buena noticia que este síntoma no deja huellas porque no existe en realidad, no tiene personería jurídica ni historia en libros, ni puta razón de ser... (x lavanda)
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